lunes, 20 de mayo de 2013

CAZA Y PESCA



El instinto de cazar es el instinto de matar. Los seres humanos, como otros animales, poseen vestigios de ese instinto en alguna medida debido a nuestro origen. Los primates que fuimos (y que somos) cazaban y mataban a otros animales. Pero con una diferencia. Así como los animales carnívoros cazaban por absoluta necesidad de supervivencia, los primates (omnívoros con predominancia frugívora) lo hacían como forma de entretenimiento (cazando otros animales más pequeños) o de dominación social de otros grupos de primates (también de menor tamaño). Por ejemplo, hoy sabemos que uno de nuestros parientes genéticos más cercano, el chimpancé, realiza verdaderas batidas de caza para asesinar violentamente a otros animales, aunque realmente no necesita comer su carne. 

Después de un periodo de nuestra historia en que sí cazamos para comer al haber llegado a habitar zonas de clima frío, el paso al sedentarismo y el desarrollo de la agricultura y la estabulación hizo innecesario seguir cazando animales para comer. A pesar de todo, hoy en día se siguen cazando animales en muchos países como deporte, sin que exista ninguna necesidad de ello y por mera diversión, una diversión consistente en matar.
Hoy en día en España se practican varias modalidades de caza, demasiadas para detallarlas aquí. Se cazan sobre todo aves y también conejos, jabalíes y otros animales. En algunas modalidades se usan perros, en otras escopetas y, en otras, incluso pegamento.
Actualmente no necesitamos cazar para comer, por eso la caza legalmente está considerada un deporte y, en España, tiene una federación propia (Real Federación Española de Caza), que depende del Consejo Superior de Deportes. Se la denomina también caza deportiva y, afortunadamente, no es (al menos todavía) una disciplina olímpica. En España tienen licencia para matar aproximadamente 900.000 cazadores y 600.000 pescadores.
La caza es una de las mayores aberraciones éticas de nuestro tiempo. Si la expresión “matar por diversión” te suena aberrante, eso es la caza. Se está anteponiendo el interés de un individuo en practicar un deporte al interés de otro individuo en conservar su vida. Como de costumbre, las personas que lo practican lo recubren con toda una serie de argumentos que tratan de justificar un acto tan injusto como coger un arma y matar a un inocente y, encima, hacerlo como forma de entretenimiento.


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